LOS BUENOS, AIRES DE ARRIBA
El jueves 22 de mayo, hizo que la casualidad, o más bien la causalidad, me llevara a la Taberna Arallo. Allí Ángela Castaño presentaba su gran proyecto “Aires de Arriba”.
“Me gustan los vinos de verdad”, comenzaba diciendo Ángela, “vinos reales, creados desde la cepa, el paisaje y la fauna que los rodea”. Esos vinos tendrán mucho que decir en un futuro, porque en el presente ya están dando que hablar. Proyecto donde prima la calidad, lo natural, la raigambre a la tierra, el respeto a todo y a todos, esa palabra que últimamente parece que ha dejado de “respetarse”.
Aires de Arriba, tiene su sentido cuando la miras a los ojos mientras explica, de donde viene el nombre. El brillo en la mirada de Ángela denota el cariño a su tierra y a su gente. Pese a ser de Yecla hasta la médula, la vinculación con Jumilla es total. Está muy comprometida con el proyecto donde el Altiplano de Murcia es el protagonista. Los viticultores yeclanos llaman “Aires de Arriba” a los vientos beneficiosos para el cultivo de la vid, tanto por librarse de enfermedades fúngicas, como para el no asentamiento de insectos. Estos vientos consiguen subir de graduación las uvas, muy apreciado en viticultores a la “antigua usanza”. “Son buenos vientos”.
La presentación de los vinos corrió de la mano de Mª José Huertas, sumiller del reconocido restaurante de Paco Roncero, con dos estrellas Michelin, desde hace más de 25 años. Varios premios como mejor sumiller de España y su gran trayectoria la abalan. “Hacer una cata nos da respeto, sin embargo, nos atrevemos a juzgar la comida, pero no a juzgar un vino”. Y bajo mi humilde opinión tiene razón, no hay que entender de nada para saber si algo te gusta o no te gusta. Lo importante es disfrutar de la experiencia. ¿No os parece?
Todos los comensales estaban entregados y expectantes ante el proyecto prometedor de Ángela.
Los platos elegidos para cada vino por Mª José, ya nos iban a dar una garantía en la que todo sería armonioso. Alcachofa Confitada y Braseada, Dumpling de Cocido, Mejillones al Curri verde, Tartar de Carabineros y Gambón, Torrezno en mole verde, Croquetas de marisco..., juzguen ustedes.
Ángela nos contó el difícil momento que atraviesa el cultivo de la vid en las DO Jumilla, Yecla, Bullas. Las vides se están arrancando. Los viticultores no le sacan rendimiento. La producción es muy baja y los costos altos. “Si en tres años esto sigue así el patrimonio de la vid llegará a desaparecer”.
Ella es la 3º generación de viticultores y bodegueros. “Con este proyecto pongo mi granito de arena para conservar y mantener el patrimonio de las vides y la riqueza de este territorio vinícola”. Tierras con escasa pluviometría, un año normal no superan los 120 l/m2 en todo el año. Este 2025, podemos decir que es un año excepcional, ya que llevan más de 200 litros de enero a esta parte. El sufrimiento del viticultor cuando ven que las cepas no arrancan, que parecen realmente muertas. Como en los años 2022 y 2023 que apenas hubo producción. Compensan con años como este, en el que se prevé un muy buen año a todos los niveles. Ver la resiliencia de las vides, es ver el milagro de la vida.
Todo el proyecto tiene un hilo conductor, los animales autóctonos de la zona, la fauna que les rodea.
“Las etiquetas son un juego con los elementos de Amor y Odio”.
Más adelante entenderéis el porqué de este Amor/Odio.
Sauvignon Blanc .- Animal El Ciervo
(representa un coto cercano a la finca, en la que todos los finales de junio aparecen para despuntar las cepas)
Con un toque de crianza en lías, lo que le confiere un mayor volumen en boca, fragante, intenso, perfumado, limpio, cítrico, manzana, floral, donde lo que más predomina es la parte herbácea. También tiene un final balsámico y especiado.
Suelos muy pedregosos pobres de la parte más alta de Yecla, zona caliza a 730 metros de altitud. Cepas con más de 30 años en espaldera, con riego muy puntual. En la década de los 90 era muy común plantar variedades foráneas. Ángela prosiguió con este cultivo pese a su escasa producción y la dificultad para el cultivo, pero la experiencia de su periodo en Nueva Zelanda y su gusto por esta uva, la ha llevado a crear esta increíble monovarietal de Sauvignon Blanc. Producción de 1300 botellas, pese a su poca rentabilidad, Ángela apuesta por él. Es muy de agradece estas joyas salga a la luz. Son vinos que sorprenden tanto, que la experiencia te eleva a los cielos. Añada 2024.
DOP YECLA

Petit Verdot. - Animal La Perdiz. 2021
(allí campan a sus anchas resguardadas de los depredadores.)
Variedad bordelesa, de zona bastante fría. No obstante, es muy aromática y con mucho frescor en boca, fruta fresca. Muy sorprendente, frutas rojas de entrada y final herbaceos típicos de la variedad, final especiado. Vino terso jugoso con un final amargo y acido que te hace salivar.
El viñedo se encuentra a 820m, suelos más ricos en arcillas lo que le confiere una mayor producción, siempre si lo comparamos con el resto de las uvas con las que trabaja Ángela. Zona rodeada de olivos y pinares. Viñedos de 25 años. “No me gusta meter mucha madera para que le quite toda la parte frutal “decía Ángela de sus vinos. Este concretamente tiene 8 meses en madera de segundo uso de 500 litros, redondeando sin aportar apenas madera.
DOP JUMILLA

Monastrell, - Animal El Conejo. 2021
(con las lluvias ha aumentado la población, pero en épocas de sequía sin apenas alimentos tienden a comer los brotes verdes de las vides) “Hay que respetar y compartir con nuestra fauna”
El perfil del vino, es super mediterraneo, uva especialmente negra, hierbas aromáticas, toques a cacao, toques minerales, frutas maduras rojas acompotadas, fino y fresco. Con buena acidez, largo jugoso y ese final de la madera a cacao.
Los viticultores del Rodano, están más que sorprendidos con la forma en que esta Monastrell de Jumilla se está comportando. Esa frescura poco habitual dada, tanto por el cambio climático, imposible de obviarlo, como por el cambio de paradigma y las diferencias a la hora de elaborar.
Viñedos de 60 años, viñedos que parecen abandonados, de tan bajas producciones que apenas dan más de 1 kg por cepa/1200KG ha. Situados a 830m en suelos arenosos. Entre 8 y 9 meses en madera usada le aportan este matiz de cacaos. Baja producción de unas 1500 botellas.
DOP JUMILLA

Syrah. - Animal El Zorro. 2021
(en el paraje el zorro es el rey que campa a sus anchas, y espera al final del envero para comerse las uvas maduras)
Aromas a especias, a tapenade. Final pulido, polvo de cacao y fruta fresca. Una Syrah representada por el clima mediterráneo. Taninos integrados con una nota especiada al final.
Suelos de Jumilla, en secano, con alturas de 790mts, donde la producción no llega a 700gr por cepa. La frescura concentrada en sus 15,5º de alcohol son muy poco usuales. Madera francesa usada de 500 litros.
DOP JUMILLA

Garnacha Tintorera. - Animal El Jabalí. 2017
(en el paraje el jabalí, “guarrea” los racimos cuando están a punto de vendimiarse)
Nariz golosa mediterránea, mucha concentración de uva acompotada, negra y muy madura, chocolate, hierbas aromáticas, boca amplia y sabrosa, boca tersa, con poco tanino con finales de cacao, balsámico, After Ate.
Tintorera de secano con 65 años de pie franco. Poca producción, 4000 botellas y mucha concentración. De las pocas que quedan por la zona, Ángela encontró su potencial desde que vio la viña, había algo especial. Fresco y con una gran acidez después de 6 años de vida, la gran mayoría en botella después de 12 meses en barrica de roble nueva. Esas vainilla y chocolates lo delatan.
DOP YECLA.

Monastrell. Monte Arabí, el monte mágico.- Animal La Cabra Montesa. 2021
(fauna caprina aparece por el monte Arabí, donde las fuerzas telúricas crean un ambiente muy especial).” Un vino nacido de las faldas de un monte con misterio”.
Vino muy mediterráneo con menos acidez que el resto de los vinos catados, pero no por ello menos interesante. Es cálido, de fruta más madura muy concentrada, ciruela, cereza, mora. Elegante y fino, final a hierbas aromáticas, cacaos y un toque balsámico.
Viñas centenarias de pie franco, con una concentración de fruta fuera de lo usual. Producción que escasamente supera los 1100 botellas. Desde el año 2015 Ángela experimenta con el resultado de estas viñas, y Arabí ha sido el resultado. Donde la barrica nueva sin tostar de 300 litros se integra de manera magistral con el vino creando una armonía difícilmente superable.
El sacrificio que tienen que realizar los viticultores para llegar a un equilibrio con la naturaleza, es tanto que, en los años 22, 23, y 24. Ángela no han podido vendimiar. Los ciervos se han comido todos los brotes no pudiendo la vid salir adelante.
DOP YECLA
Este es el ejemplo de una pasión llevada hasta lo máximo. El respeto por el entorno y la honestidad de sus vinos, hacen que Aires de Arriba, sean unos “muy buenos aires”. Y como dijo uno de los asistentes a la cena/maridaje. “A mí me va a dar un Aire”.
Yo espero que si alguna vez os encontráis con estas maravillas le hagáis un hueco en vuestra bodega, en vuestra mesa y porque no en vuestro corazón. Que es como están hechos estos vinos, con Corazón y muchos Buenos Aires, Aires de Arriba.
AUTOR: SUSANA HERRANZ PÉREZ
info@vidyvida.com
www.vidyvida.com
629231391
El jueves 22 de mayo, hizo que la casualidad, o más bien la causalidad, me llevara a la Taberna Arallo. Allí Ángela Castaño presentaba su gran proyecto “Aires de Arriba”.
“Me gustan los vinos de verdad”, comenzaba diciendo Ángela, “vinos reales, creados desde la cepa, el paisaje y la fauna que los rodea”. Esos vinos tendrán mucho que decir en un futuro, porque en el presente ya están dando que hablar. Proyecto donde prima la calidad, lo natural, la raigambre a la tierra, el respeto a todo y a todos, esa palabra que últimamente parece que ha dejado de “respetarse”.
Aires de Arriba, tiene su sentido cuando la miras a los ojos mientras explica, de donde viene el nombre. El brillo en la mirada de Ángela denota el cariño a su tierra y a su gente. Pese a ser de Yecla hasta la médula, la vinculación con Jumilla es total. Está muy comprometida con el proyecto donde el Altiplano de Murcia es el protagonista. Los viticultores yeclanos llaman “Aires de Arriba” a los vientos beneficiosos para el cultivo de la vid, tanto por librarse de enfermedades fúngicas, como para el no asentamiento de insectos. Estos vientos consiguen subir de graduación las uvas, muy apreciado en viticultores a la “antigua usanza”. “Son buenos vientos”.
La presentación de los vinos corrió de la mano de Mª José Huertas, sumiller del reconocido restaurante de Paco Roncero, con dos estrellas Michelin, desde hace más de 25 años. Varios premios como mejor sumiller de España y su gran trayectoria la abalan. “Hacer una cata nos da respeto, sin embargo, nos atrevemos a juzgar la comida, pero no a juzgar un vino”. Y bajo mi humilde opinión tiene razón, no hay que entender de nada para saber si algo te gusta o no te gusta. Lo importante es disfrutar de la experiencia. ¿No os parece?
Todos los comensales estaban entregados y expectantes ante el proyecto prometedor de Ángela.
Los platos elegidos para cada vino por Mª José, ya nos iban a dar una garantía en la que todo sería armonioso. Alcachofa Confitada y Braseada, Dumpling de Cocido, Mejillones al Curri verde, Tartar de Carabineros y Gambón, Torrezno en mole verde, Croquetas de marisco..., juzguen ustedes.
Ángela nos contó el difícil momento que atraviesa el cultivo de la vid en las DO Jumilla, Yecla, Bullas. Las vides se están arrancando. Los viticultores no le sacan rendimiento. La producción es muy baja y los costos altos. “Si en tres años esto sigue así el patrimonio de la vid llegará a desaparecer”.
Ella es la 3º generación de viticultores y bodegueros. “Con este proyecto pongo mi granito de arena para conservar y mantener el patrimonio de las vides y la riqueza de este territorio vinícola”. Tierras con escasa pluviometría, un año normal no superan los 120 l/m2 en todo el año. Este 2025, podemos decir que es un año excepcional, ya que llevan más de 200 litros de enero a esta parte. El sufrimiento del viticultor cuando ven que las cepas no arrancan, que parecen realmente muertas. Como en los años 2022 y 2023 que apenas hubo producción. Compensan con años como este, en el que se prevé un muy buen año a todos los niveles. Ver la resiliencia de las vides, es ver el milagro de la vida.
Todo el proyecto tiene un hilo conductor, los animales autóctonos de la zona, la fauna que les rodea.
“Las etiquetas son un juego con los elementos de Amor y Odio”.
Más adelante entenderéis el porqué de este Amor/Odio.

Sauvignon Blanc .- Animal El Ciervo
(representa un coto cercano a la finca, en la que todos los finales de junio aparecen para despuntar las cepas)
Con un toque de crianza en lías, lo que le confiere un mayor volumen en boca, fragante, intenso, perfumado, limpio, cítrico, manzana, floral, donde lo que más predomina es la parte herbácea. También tiene un final balsámico y especiado.
Suelos muy pedregosos pobres de la parte más alta de Yecla, zona caliza a 730 metros de altitud. Cepas con más de 30 años en espaldera, con riego muy puntual. En la década de los 90 era muy común plantar variedades foráneas. Ángela prosiguió con este cultivo pese a su escasa producción y la dificultad para el cultivo, pero la experiencia de su periodo en Nueva Zelanda y su gusto por esta uva, la ha llevado a crear esta increíble monovarietal de Sauvignon Blanc. Producción de 1300 botellas, pese a su poca rentabilidad, Ángela apuesta por él. Es muy de agradece estas joyas salga a la luz. Son vinos que sorprenden tanto, que la experiencia te eleva a los cielos. Añada 2024.
DOP YECLA

Petit Verdot. - Animal La Perdiz. 2021
(allí campan a sus anchas resguardadas de los depredadores.)
Variedad bordelesa, de zona bastante fría. No obstante, es muy aromática y con mucho frescor en boca, fruta fresca. Muy sorprendente, frutas rojas de entrada y final herbaceos típicos de la variedad, final especiado. Vino terso jugoso con un final amargo y acido que te hace salivar.
El viñedo se encuentra a 820m, suelos más ricos en arcillas lo que le confiere una mayor producción, siempre si lo comparamos con el resto de las uvas con las que trabaja Ángela. Zona rodeada de olivos y pinares. Viñedos de 25 años. “No me gusta meter mucha madera para que le quite toda la parte frutal “decía Ángela de sus vinos. Este concretamente tiene 8 meses en madera de segundo uso de 500 litros, redondeando sin aportar apenas madera.
DOP JUMILLA

Monastrell, - Animal El Conejo. 2021
(con las lluvias ha aumentado la población, pero en épocas de sequía sin apenas alimentos tienden a comer los brotes verdes de las vides) “Hay que respetar y compartir con nuestra fauna”
El perfil del vino, es super mediterraneo, uva especialmente negra, hierbas aromáticas, toques a cacao, toques minerales, frutas maduras rojas acompotadas, fino y fresco. Con buena acidez, largo jugoso y ese final de la madera a cacao.
Los viticultores del Rodano, están más que sorprendidos con la forma en que esta Monastrell de Jumilla se está comportando. Esa frescura poco habitual dada, tanto por el cambio climático, imposible de obviarlo, como por el cambio de paradigma y las diferencias a la hora de elaborar.
Viñedos de 60 años, viñedos que parecen abandonados, de tan bajas producciones que apenas dan más de 1 kg por cepa/1200KG ha. Situados a 830m en suelos arenosos. Entre 8 y 9 meses en madera usada le aportan este matiz de cacaos. Baja producción de unas 1500 botellas.
DOP JUMILLA

Syrah. - Animal El Zorro. 2021
(en el paraje el zorro es el rey que campa a sus anchas, y espera al final del envero para comerse las uvas maduras)
Aromas a especias, a tapenade. Final pulido, polvo de cacao y fruta fresca. Una Syrah representada por el clima mediterráneo. Taninos integrados con una nota especiada al final.
Suelos de Jumilla, en secano, con alturas de 790mts, donde la producción no llega a 700gr por cepa. La frescura concentrada en sus 15,5º de alcohol son muy poco usuales. Madera francesa usada de 500 litros.
DOP JUMILLA

Garnacha Tintorera. - Animal El Jabalí. 2017
(en el paraje el jabalí, “guarrea” los racimos cuando están a punto de vendimiarse)
Nariz golosa mediterránea, mucha concentración de uva acompotada, negra y muy madura, chocolate, hierbas aromáticas, boca amplia y sabrosa, boca tersa, con poco tanino con finales de cacao, balsámico, After Ate.
Tintorera de secano con 65 años de pie franco. Poca producción, 4000 botellas y mucha concentración. De las pocas que quedan por la zona, Ángela encontró su potencial desde que vio la viña, había algo especial. Fresco y con una gran acidez después de 6 años de vida, la gran mayoría en botella después de 12 meses en barrica de roble nueva. Esas vainilla y chocolates lo delatan.
DOP YECLA.

Monastrell. Monte Arabí, el monte mágico.- Animal La Cabra Montesa. 2021
(fauna caprina aparece por el monte Arabí, donde las fuerzas telúricas crean un ambiente muy especial).” Un vino nacido de las faldas de un monte con misterio”.
Vino muy mediterráneo con menos acidez que el resto de los vinos catados, pero no por ello menos interesante. Es cálido, de fruta más madura muy concentrada, ciruela, cereza, mora. Elegante y fino, final a hierbas aromáticas, cacaos y un toque balsámico.
Viñas centenarias de pie franco, con una concentración de fruta fuera de lo usual. Producción que escasamente supera los 1100 botellas. Desde el año 2015 Ángela experimenta con el resultado de estas viñas, y Arabí ha sido el resultado. Donde la barrica nueva sin tostar de 300 litros se integra de manera magistral con el vino creando una armonía difícilmente superable.
El sacrificio que tienen que realizar los viticultores para llegar a un equilibrio con la naturaleza, es tanto que, en los años 22, 23, y 24. Ángela no han podido vendimiar. Los ciervos se han comido todos los brotes no pudiendo la vid salir adelante.
DOP YECLA
Este es el ejemplo de una pasión llevada hasta lo máximo. El respeto por el entorno y la honestidad de sus vinos, hacen que Aires de Arriba, sean unos “muy buenos aires”. Y como dijo uno de los asistentes a la cena/maridaje. “A mí me va a dar un Aire”.
Yo espero que si alguna vez os encontráis con estas maravillas le hagáis un hueco en vuestra bodega, en vuestra mesa y porque no en vuestro corazón. Que es como están hechos estos vinos, con Corazón y muchos Buenos Aires, Aires de Arriba.
AUTOR: SUSANA HERRANZ PÉREZ
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