A diferencia de otros, nuestro vermú parte de un vino de garnacha tinta que le proporciona gran complejidad y estructura. Durante semanas maceramos nuestra receta propia de botánicos: una base de raíces para proporcionarle el amargor característico, una mezcla compleja de hierbas aromáticas que aportan el núcleo del sabor y unos toques cítricos para darle los aromas de salida que luego ensamblamos con nuestro vino base.
Posteriormente se endulza con la justa cantidad de azúcar moreno para conseguir un vermú semidulce, no empalagoso y se deja estabilizar al abrigo de la luz durante el tiempo necesario. Se filtra y sulfita ligeramente
antes de su embotellado.
Nosotros recomendamos disfrutarlo fresco, pero no helado, con un cubito de hielo y una rodaja de naranja en un vaso bajo.
¡Disfrútalo con la misma pasión con la que ha nacido!

